Fracaso.
Me lo propongo. Lo intento. Fracaso, y me rindo. Me decepciono. Y me hundo. Pero vuelvo a proponermelo.
Y así una, y otra y otra vez. Intento tras intento. Fracaso tras fracaso. Sigo. Pero cada vez con la cabeza más baja. Con las metas más pobres. Con sueños roídos por las decepciones.
Nunca es sencillo encontrarse sus propias limitaciones de frente. Y mucho menos reconocerlas y admitirlas. Pero el ser fuerte también depende de ser consecuente con nuestros limites.
Pero a parte de fuerte hay que ser valiente. Y no solo enfrentarlas. Hay que mirarlas a los ojos y proponerse superarlas. Es más conseguirlo.
La vida no sería vida sin obstáculos. Sin problemas. Si no hubiese dificultades, no tendríamos metas.
Lo bonito de los sueños es perseguirlos. Una vez alcanzados la felicidad dura un segundo. Y lo que te queda es el camino que recorriste para disfrutar ese segundo.
Superar las dificultades. Salvar los obstáculos. Superarnos a nosotros mismos es lo que nos hace sentir realizados. Romper con las ideas que el resto tiene de nosotros. Destacar. Brillar. Por un día. Por un segundo. Y poder decir alguna vez "Yo perseguí mis sueños, y los realice". Y poder levantar la cabeza alta, después de haberla bajado tantas veces ante tantas desilusiones. Ese es mi objetivo : Ser quien quiera ser. Pero sobre todo algún día poder decir: Estoy orgullosa de ser quien soy, de ser Carmen de las Heras Coloma.
Escribes muy bien, no dejes de hacerlo.
ResponderEliminarNo importa las veces que nos caemos, lo verdaderamente importante es ser capaz de levantarse siempre una vez mas.
Si perseveras alcanzaras tus sueños