Un día alguien me dijo que siempre me entregaba demasiado en las relaciones. Soy pasional. Soy muy pasional. Amo al máximo, odio al máximo, sufro al máximo. Yo soy así.
Mi vida es una montaña rusa de emociones, no siempre puedo estar arriba. Sueño con no quedarme siempre abajo.
Antes mis bajadas, aterradoras y escalofriantes, duraban segundos, minutos o a lo sumo, horas. Hoy en día duele no poder decir lo mismo. Me ilusiono más. No lo niego. Me entrego cada vez más, y aún que se que darme tan plenamente a una persona e implicarme o ilusionarme de tal manera solo me traerá, a la larga, un sufrimiento mayor, no me arrepiento.
No me arrepiento de trabajar cada día por hacer feliz a alguien... No me arrepiento porque aunque hoy sufra por ello, hubo un día que me hizo feliz. No me arrepiento de haber perdonado engaños, mentiras o malas formas, porque en aquel momento fue lo que me permitió seguir disfrutando ese "amor".
¿Mi error?. No se cual fue mi error. ¿Dar demasiado?, ¿perder el orgullo y la dignidad?. ¿Ser celosa, absorbente y paranoica?. Eso forma parte de enamorarse. así que no, no se cuál fue mi error.
Ese error, que me cuesta mil lágrimas cada noche, y mil lamentos cada mañana. Ese maldito fallo que me está hundiendo y erosionando el alma. Ese estúpido equivoco que me separó de todo cuanto he amado, ese...Ese solo lo conoce él.-
sábado, 21 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
La fortaleza reside en la resignación.
Hay que ser fuerte para afrontar el fracaso.
Y fuerte para tratar de evitarlo.
Hay que ser fuerte para luchar por causas perdidas, pero también hay que ser fuerte para asumir que puedes perder la batalla.
Y fuerte para tratar de evitarlo.
Hay que ser fuerte para luchar por causas perdidas, pero también hay que ser fuerte para asumir que puedes perder la batalla.
Si, luchaste. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Y pierdes la cuenta. Y no eres capaz de acordarte de los intentos. De cuantas veces has luchado por lo mismo, cegada por un sentimiento, que ahora ves absurdo.
Has hecho todo. Absolutamente todo lo posible. Y sin embargo... nada ha cambiado.
Hay que ser fuerte no solo para fracasar, no solo para luchar, no solo para seguir, no solo para perder. Hay que ser fuerte para saber cuando abandonar, cuando darse por vencido.
Ser fuerte es comprender tus límites, aceptarlos. Es asumir que lo imposible, es imposible para todos, y no empeñarse en atravesar un muro de hormigón.
Ser fuerte es ponernos metas a nuestro alcance, es asumir que aquellas que ansiamos y son imposibles, son imposibles y punto. Ser fuerte es intentar alcanzarlas, y si no lo conseguimos la fortaleza es quien nos dirá para.
Ser fuerte es resignarse. Ser fuerte es aceptar tus virtudes y amar tus defectos. Ser fuerte es conocerte tal y como eres y darte a conocer así. Eso, amigos mios, es ser fuerte.-
Suscribirse a:
Entradas (Atom)