jueves, 25 de noviembre de 2010

Ningún amor muere solo cambia de lugar en la memoria...

 Es todo tan rápido, tan fugaz.
Primer beso, primeros pasos, salir, empezar una historia. Suena fácil.
Buenos momentos, y también discusiones. Besos, y también gritos.
Te dejo. No me dejes.
Te quiero o nunca dejaré de hacerlo...

 Bien es cierto que nunca prometí, ni prometeré, a nadie una relación ETERNA.
Pero si sincera, real y auténtica, y si podría prometerle a alguien siempre quererle y nunca olvidarle.
Lo sé. ¿Qué por qué lo sé? Fácil, porque aún sigo queriendo y sin olvidar a una persona.

 No, no estoy engañando a nadie. Si le quiero, pero no de la misma manera. Han sido muchas cosas, muchos momentos, buenos y tambíén malos.
Muchos malos, muchas lágrimas, dolor insoportable.

 Aún recuerdo ese nudo en el estómago, ese dolor tan angustioso, el no poder parar de llorar, desconsolada, sola. Por no poder estar juntos.
 El no ver más allá del "LE NECESITO", ajena al resto de personas.
Una obsesión, una droga. Era todo... Y aún lo es.

 Si, recuerdo los momentos malos... Pero, ¿Y los buenos?
Los buenos no los recuerdo. Los sigo viviendo. Violan mi mente. Se apoderan de ella y me atormentan sin yo querer, por lo menos, sin querer conscientemente.

 Le quiero, le quise y le querré.
Fue pasado, será futuro, y aún sigue en mi presente, tal vez no con el mismo papel, al menos, por el momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario