La felicidad no es un estado, es un instante. Es un momento. Un detalle.
Un escalofrío al rozar tu espalda con mis dedos. Un beso en la nariz. Unas velas. Una película tumbados en el sofá. Una mirada de complicidad. Un viaje. Un mensaje inesperado. Una sorpresa. Pensar en el otro. Idear nuevas formas de sorprenderte. Una risa tonta.
Un escalofrío al rozar tu espalda con mis dedos. Un beso en la nariz. Unas velas. Una película tumbados en el sofá. Una mirada de complicidad. Un viaje. Un mensaje inesperado. Una sorpresa. Pensar en el otro. Idear nuevas formas de sorprenderte. Una risa tonta.
La felicidad nunca depende solo de nosotros. Siempre depende de algo...de alguien.
La felicidad solo se encuentra en aquel que realmente la busca.
La felicidad solo se encuentra en aquel que realmente la busca.
La felicidad es esa sonrisa incontrolable en la boca. La felicidad no es un bien material. No es visible. No es corporea. La felicidad es incontrolable...Impredecible.
Pero también es fugaz. Intermitente. Incoherente. Tan pronto la estás disfrutando, como la echas de menos. A veces la deseas tanto, que te engañas y crees experimentarla. A veces la tienes delante y no eres capaz de verla. La felicidad no es eterna, no se puede decidir, no se puede controlar.
Y a veces, hay que renunciar a un instante de felicidad, para evitar un sinfín de sufrimiento.
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