Todos tenemos malos momentos. Malas rachas.
¿Sabes esa sensación al estar metida en el mar, a gusto, acostumbrada ya a la fría y salada agua, y de pronto ser atravesada por una corriente helada?
Así me siento yo.
Pase de estar plácidamente flotando en el agua, a querer huir de ella y de su helada corriente.
Ahora no estoy bien. Tampoco fatal. Simplemente estoy, y con eso supongo que será suficiente.
Es como si ya no tuviera ganas de nada. El agua en el que antes flotaba, no era un agua perfecta. Quizás no estaba a mi temperatura ideal, pero era mi agua, mi mar de siempre. Y hoy me encuentro aquí. En un océano nuevo. Grande. Helado. Grito e intento nadar en busca de tierra, pero es tan grande que nadie me oye.
Aunque supongo que si no me oyen es porque no hay nadie allí para escucharme.
Cada día me queda menos tiempo y menos energía para llegar a tierra.
La gasto inútilmente nadando sin dirección, sin rumbo, desesperadamente. No se donde estoy. No se como salir.
Noto el final cerca, puesto que sin fuerzas y sin descanso para recuperarlas, poco podré aguantar.
No dejo de preguntarme ¿Y si este es mi final? He nadado en miles de mares extraños y aterradores, pero nunca hasta hoy en un océano. Siempre vi un horizonte, lejano, tal vez difícil, pero al fin y al cabo, una salida, una meta.
Pero este océano es diferente. No tiene límites, no tiene esquinas, no tiene horizontes, porque aún nadie lo ha cruzado, y todo es inesperado.
Quien sabe si mañana habrá un nuevo horizonte, o llegue a divisar a alguien en el. No lo se. Se que alguien lo dibuja según pasan los días, y cada día que paso, me oscurece más el fondo complicándome diferenciar el cielo del agua. Y si estoy perdida sin divisar donde empieza el agua, ¿qué voy a hacer si no se donde acaba tampoco?
Si cada día es más oscuro, llegará el día en que se apague. Y ese día será el día en que mi cuerpo decida entregarse al agua y acabar con la lucha por salir de ella.
Maldito pluma del destino, ¿por qué juegas con mi porvenir, con tus ceras envenenadas, oscureciendo la poca luz que conseguí crear?
¿Qué he hecho yo, puto azar, para que te diviertas a mi costa?
¿Quién coño escribe mi camino, y porque zigzaguea de esa forma?
"No quiero dar más tumbos, que ya no estoy borracha"(C.H.C)
martes, 14 de diciembre de 2010
martes, 30 de noviembre de 2010
Más vale tarde que nunca.
Me he dado cuenta.
Hoy día 30 de noviembre, por fin, me di cuenta.
Llevo días mal. Fatal.
Estaba hundida, metida en la cama, resbalando lágrimas en la almohada.
Llego un momento que dije, HASTA AQUÍ.
Todos tenemos malos momentos, malas experiencias, todos pasamos baches. Obstáculos que "Supuestamente" nos hacen fuertes y nos ayudan a aprender. Mentira.
No de todos los errores se aprende, y no de todo lo malo, algo bueno se obtiene.
Hace dos días, ayer sobretodo, e incluso hace dos horas te hubiese dicho: Rindamonos, ¿Para qué luchar? ¿Para qué seguir andando un camino que nos resulta tan hostil? Y hasta aquí,si. Te diría: Paremos, tomemonos un tiempo, un respiro. El último. El eterno.
Todos, absolutamente todos, cuando vivimos un mal momento, nos centramos en él, y ese victimismo que nos absorbe y nos hace creernos protagonista de cada cataclísmo, y ese afán por sentirnos danmificados en cada catastrofe, esa actitud es capaz de oscurecer lo poco bueno que tenemos en ese momento.
Pero, como digo, al fin me di cuenta. Hay algo bueno. Poco. Pero hay algo. Se acabó el llorar, el rendirse, es hora de poner la cabeza bien alta y salir a la calle sin bajarla ni un segundo. Es la hora de dejar de llorar y lamentarse, dejar de querer ser la víctima de todo cuando te rodea. Dejar de ser DÉBIL.
Te quieren débil, te quieren frájil. No te rindas. Hoy te digo lucha. No por los demás, lucha por ti mismo. Porque mañana cuando quieras darte cuenta, ya no estarán. Y es que todo es temporal, y tiene fecha de caducidad, o lo aprovechas ahora, o será tarde.
Asique cada mañana, cuando te mires las espejo, dibujate una sonrisa. Mantenla. Cuidala. Y cuando el tiempo pase, se te olvidará dibujarla, y sera parte de ti.
Hoy día 30 de noviembre, por fin, me di cuenta.
Llevo días mal. Fatal.
Estaba hundida, metida en la cama, resbalando lágrimas en la almohada.
Llego un momento que dije, HASTA AQUÍ.
Todos tenemos malos momentos, malas experiencias, todos pasamos baches. Obstáculos que "Supuestamente" nos hacen fuertes y nos ayudan a aprender. Mentira.
No de todos los errores se aprende, y no de todo lo malo, algo bueno se obtiene.
Hace dos días, ayer sobretodo, e incluso hace dos horas te hubiese dicho: Rindamonos, ¿Para qué luchar? ¿Para qué seguir andando un camino que nos resulta tan hostil? Y hasta aquí,si. Te diría: Paremos, tomemonos un tiempo, un respiro. El último. El eterno.
Todos, absolutamente todos, cuando vivimos un mal momento, nos centramos en él, y ese victimismo que nos absorbe y nos hace creernos protagonista de cada cataclísmo, y ese afán por sentirnos danmificados en cada catastrofe, esa actitud es capaz de oscurecer lo poco bueno que tenemos en ese momento.
Pero, como digo, al fin me di cuenta. Hay algo bueno. Poco. Pero hay algo. Se acabó el llorar, el rendirse, es hora de poner la cabeza bien alta y salir a la calle sin bajarla ni un segundo. Es la hora de dejar de llorar y lamentarse, dejar de querer ser la víctima de todo cuando te rodea. Dejar de ser DÉBIL.
Te quieren débil, te quieren frájil. No te rindas. Hoy te digo lucha. No por los demás, lucha por ti mismo. Porque mañana cuando quieras darte cuenta, ya no estarán. Y es que todo es temporal, y tiene fecha de caducidad, o lo aprovechas ahora, o será tarde.
Asique cada mañana, cuando te mires las espejo, dibujate una sonrisa. Mantenla. Cuidala. Y cuando el tiempo pase, se te olvidará dibujarla, y sera parte de ti.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Ningún amor muere solo cambia de lugar en la memoria...
Es todo tan rápido, tan fugaz.
Primer beso, primeros pasos, salir, empezar una historia. Suena fácil.
Buenos momentos, y también discusiones. Besos, y también gritos.
Te dejo. No me dejes.
Te quiero o nunca dejaré de hacerlo...
Bien es cierto que nunca prometí, ni prometeré, a nadie una relación ETERNA.
Pero si sincera, real y auténtica, y si podría prometerle a alguien siempre quererle y nunca olvidarle.
Lo sé. ¿Qué por qué lo sé? Fácil, porque aún sigo queriendo y sin olvidar a una persona.
No, no estoy engañando a nadie. Si le quiero, pero no de la misma manera. Han sido muchas cosas, muchos momentos, buenos y tambíén malos.
Muchos malos, muchas lágrimas, dolor insoportable.
Aún recuerdo ese nudo en el estómago, ese dolor tan angustioso, el no poder parar de llorar, desconsolada, sola. Por no poder estar juntos.
El no ver más allá del "LE NECESITO", ajena al resto de personas.
Una obsesión, una droga. Era todo... Y aún lo es.
Si, recuerdo los momentos malos... Pero, ¿Y los buenos?
Los buenos no los recuerdo. Los sigo viviendo. Violan mi mente. Se apoderan de ella y me atormentan sin yo querer, por lo menos, sin querer conscientemente.
Le quiero, le quise y le querré.
Fue pasado, será futuro, y aún sigue en mi presente, tal vez no con el mismo papel, al menos, por el momento.
Primer beso, primeros pasos, salir, empezar una historia. Suena fácil.
Buenos momentos, y también discusiones. Besos, y también gritos.
Te dejo. No me dejes.
Te quiero o nunca dejaré de hacerlo...
Bien es cierto que nunca prometí, ni prometeré, a nadie una relación ETERNA.
Pero si sincera, real y auténtica, y si podría prometerle a alguien siempre quererle y nunca olvidarle.
Lo sé. ¿Qué por qué lo sé? Fácil, porque aún sigo queriendo y sin olvidar a una persona.
No, no estoy engañando a nadie. Si le quiero, pero no de la misma manera. Han sido muchas cosas, muchos momentos, buenos y tambíén malos.
Muchos malos, muchas lágrimas, dolor insoportable.
Aún recuerdo ese nudo en el estómago, ese dolor tan angustioso, el no poder parar de llorar, desconsolada, sola. Por no poder estar juntos.
El no ver más allá del "LE NECESITO", ajena al resto de personas.
Una obsesión, una droga. Era todo... Y aún lo es.
Si, recuerdo los momentos malos... Pero, ¿Y los buenos?
Los buenos no los recuerdo. Los sigo viviendo. Violan mi mente. Se apoderan de ella y me atormentan sin yo querer, por lo menos, sin querer conscientemente.
Le quiero, le quise y le querré.
Fue pasado, será futuro, y aún sigue en mi presente, tal vez no con el mismo papel, al menos, por el momento.
martes, 23 de noviembre de 2010
Amiga mía...
Empezásteis los dos a la misma altura.
Los dos os gustábais, los dos os atraíais.
Primer beso. Despertasteis sentimientos, pero como no, polémica.
Segundo beso. La pasión se desata, no demasiado, lo justo.
Pero de pronto lo que parecía un "viento en popa" se frena de golpe.
Excusas y más excusas. Comentarios hirientes, sensaciones de indiferencia.
Ahora tú estás más abajo, ansiosa. Esperas una mirada, una palabra, una caricia, un simple beso. Nada, no hay NADA.
Pasan días, semanas...
Es duro, lo sé. Tú has dado mucho, de heco, demasiado.
Pero sigues ahí, arrastrandote, rallandote, esperando. ¿Esperando a qué?
La vida es lo que pasa mientras mueres.
Asique, amiga, ponte las pilas. Esta bien somos jóvenes, aún no controlamos el juego, pero hay que darse cuenta de cuando hay que dejar la partida, hay que saber retirarse a tiempo.
Si no lo haces hazme caso, no solo sufrirás más de lo necesario, si no que perderas el orgullo, la dignidad, cualidades, querida, que son indispensables para ser PERSONA.
Y no puedes ligar la felicidad a tener un hombre, eso es muy triste...
Se feliz sola, y si aparece, es por que debe, no te desesperes, no te arrastres. Se dificil, interesante, diferente.
Dicho esto, el mundo es un mar lleno de peces, pero si no cambias de charca, el mismo pez una y otra vez te dará ardoz de estomago.
;) Sabes que vales demasiado.
Los dos os gustábais, los dos os atraíais.
Primer beso. Despertasteis sentimientos, pero como no, polémica.
Segundo beso. La pasión se desata, no demasiado, lo justo.
Pero de pronto lo que parecía un "viento en popa" se frena de golpe.
Excusas y más excusas. Comentarios hirientes, sensaciones de indiferencia.
Ahora tú estás más abajo, ansiosa. Esperas una mirada, una palabra, una caricia, un simple beso. Nada, no hay NADA.
Pasan días, semanas...
Es duro, lo sé. Tú has dado mucho, de heco, demasiado.
Pero sigues ahí, arrastrandote, rallandote, esperando. ¿Esperando a qué?
La vida es lo que pasa mientras mueres.
Asique, amiga, ponte las pilas. Esta bien somos jóvenes, aún no controlamos el juego, pero hay que darse cuenta de cuando hay que dejar la partida, hay que saber retirarse a tiempo.
Si no lo haces hazme caso, no solo sufrirás más de lo necesario, si no que perderas el orgullo, la dignidad, cualidades, querida, que son indispensables para ser PERSONA.
Y no puedes ligar la felicidad a tener un hombre, eso es muy triste...
Se feliz sola, y si aparece, es por que debe, no te desesperes, no te arrastres. Se dificil, interesante, diferente.
Dicho esto, el mundo es un mar lleno de peces, pero si no cambias de charca, el mismo pez una y otra vez te dará ardoz de estomago.
;) Sabes que vales demasiado.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Ex-pellera del presente.
Sí, soy consciente.
Nada es para siempre, y menos con diecisiete añitos y una vida por delante.
No me gusta que me mientan, y nunca juro un "PARA SIEMPRE", ¿para qué engañarnos?
No busco que me engañes, que me prometas lo eterno, lo imposible.
Me he dado cuenta tarde, supongo. Pensaba mucho en el ¿Cuándo?, y como no, en el ¿Cuánto?.
Pero eso era antes, perdía el tiempo.
Aprovéchalo. Diviértete. Para llorar y lamentarse, o simplemente rallarse, hay tiempo, demasiado.
Y no le mientas. No aguanto el cinismo del "Nunca te dejaré", o el "Nunca se acabará". Se sincero, te lo debes.
Sí, terminará algún día, es lógico. Pero no pienses en el futuro que todavía no ha llegado, no vayas tan rápido, disfruta. Detén el tiempo lo máximo que te sea posible. Y cuando sufras, solo entonces, aceléralo.
http://www.youtube.com/watch?v=_TRUMra-PnY
Nada es para siempre, y menos con diecisiete añitos y una vida por delante.
No me gusta que me mientan, y nunca juro un "PARA SIEMPRE", ¿para qué engañarnos?
No busco que me engañes, que me prometas lo eterno, lo imposible.
Me he dado cuenta tarde, supongo. Pensaba mucho en el ¿Cuándo?, y como no, en el ¿Cuánto?.
Pero eso era antes, perdía el tiempo.
Aprovéchalo. Diviértete. Para llorar y lamentarse, o simplemente rallarse, hay tiempo, demasiado.
Y no le mientas. No aguanto el cinismo del "Nunca te dejaré", o el "Nunca se acabará". Se sincero, te lo debes.
Sí, terminará algún día, es lógico. Pero no pienses en el futuro que todavía no ha llegado, no vayas tan rápido, disfruta. Detén el tiempo lo máximo que te sea posible. Y cuando sufras, solo entonces, aceléralo.
http://www.youtube.com/watch?v=_TRUMra-PnY
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