lunes, 6 de junio de 2011

La verdadera felicidad.


La felicidad no es un estado, es un instante. Es un momento. Un detalle.
Un escalofrío al rozar tu espalda con mis dedos. Un beso en la nariz. Unas velas. Una película tumbados en el sofá. Una mirada de complicidad. Un viaje. Un mensaje inesperado. Una sorpresa. Pensar en el otro. Idear nuevas formas de sorprenderte. Una risa tonta.
La felicidad nunca depende solo de nosotros. Siempre depende de algo...de alguien.
La felicidad solo se encuentra en aquel que realmente la busca.
La felicidad es esa sonrisa incontrolable en la boca. La felicidad no es un bien material. No es visible. No es corporea. La felicidad es incontrolable...Impredecible.
Pero también es fugaz. Intermitente. Incoherente. Tan pronto la estás disfrutando, como la echas de menos. A veces la deseas tanto, que te engañas y crees experimentarla. A veces la tienes delante y no eres capaz de verla. La felicidad no es eterna, no se puede decidir, no se puede controlar.
Y a veces, hay que renunciar a un instante de felicidad, para evitar un sinfín de sufrimiento.

domingo, 5 de junio de 2011

Las cargas de cada día...

Huir dicen que es de cobardes. Que dar la espalda a los problemas y correr en busca de un rincón donde lograr esquivarlos, no es la forma más respetable de no tener problemas. Dicen que es de valientes coger el problema por los cuernos, cara a cara y enfrentarlo, resolverlo.
¿De valientes? No se si seré una cobarde o no, pero ojalá pudiese correr con todas mis fuerzas. Nadar. Volar. Huir. Desaparecer. Hacer que desaparezcan los problemas. Lo probé-los obvie durante un tiempo, los ignoré-fracasé. Al menos eso pensaba antes. Hoy por hoy te diré que lo intentes. No se si fracasarás. No te diré que lo hagas, no se si lo conseguirás. Pero, intentarlo, luchar, nunca es un fracaso.
Por mucho que trates de alejarlos de ti. Por mucho que creas que desaparecerán solos. No es así. Volverán. Allá donde tú vallas, cargarás con ellos. Como una mochila a la espalda. Llena o medio vacía. A tope o ligera. Un peso que retrasa nuestra marcha habitual. Que impide que avancemos en el camino. Que minan cada paso. Un peso que... Quizás no hoy, pero un día, se hará tan grande que te impedirá avanzar más. Que te arrebatarán el camino. Que conseguirán apartarte de él.
No puedo decir hazlo. No puedo jurarte que lo conseguirás. No puedo asegurarte que todo saldrá bien. Pero...Inténtalo. Porque lo que si se es que si no lo haces te arrepentirás. Y como decía alguien, al que aún hoy echo en falta, "Nunca te arrepientas de lo que has hecho, si no de lo que no hiciste".

sábado, 21 de mayo de 2011

Así.

Un día alguien me dijo que siempre me entregaba demasiado en las relaciones. Soy pasional. Soy muy pasional. Amo al máximo, odio al máximo, sufro al máximo. Yo soy así.
Mi vida es una montaña rusa de emociones, no siempre puedo estar arriba. Sueño con no quedarme siempre abajo.
Antes mis bajadas, aterradoras y escalofriantes, duraban segundos, minutos o a lo sumo, horas. Hoy en día duele no poder decir lo mismo. Me ilusiono más. No lo niego. Me entrego cada vez más, y aún que se que darme tan plenamente a una persona e implicarme o ilusionarme de tal manera solo me traerá, a la larga, un sufrimiento mayor, no me arrepiento.
No me arrepiento de trabajar cada día por hacer feliz a alguien... No me arrepiento porque aunque hoy sufra por ello, hubo un día que me hizo feliz. No me arrepiento de haber perdonado engaños, mentiras o malas formas, porque en aquel momento fue lo que me permitió seguir disfrutando ese "amor".
¿Mi error?. No se cual fue mi error. ¿Dar demasiado?, ¿perder el orgullo y la dignidad?. ¿Ser celosa, absorbente y paranoica?. Eso forma parte de enamorarse. así que no, no se cuál fue mi error.
Ese error, que me cuesta mil lágrimas cada noche, y mil lamentos cada mañana. Ese maldito fallo que me está hundiendo y erosionando el alma. Ese estúpido equivoco que me separó de todo cuanto he amado, ese...Ese solo lo conoce él.-

martes, 10 de mayo de 2011

La fortaleza reside en la resignación.


Hay que ser fuerte para afrontar el fracaso.
Y fuerte para tratar de evitarlo.
Hay que ser fuerte para luchar por causas perdidas, pero también hay que ser fuerte para asumir que puedes perder la batalla.
Si, luchaste. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Y pierdes la cuenta. Y no eres capaz de acordarte de los intentos. De cuantas veces has luchado por lo mismo, cegada por un sentimiento, que ahora ves absurdo.
Has hecho todo. Absolutamente todo lo posible. Y sin embargo... nada ha cambiado.
Hay que ser fuerte no solo para fracasar, no solo para luchar, no solo para seguir, no solo para perder. Hay que ser fuerte para saber cuando abandonar, cuando darse por vencido.
Ser fuerte es comprender tus límites, aceptarlos. Es asumir que lo imposible, es imposible para todos, y no empeñarse en atravesar un muro de hormigón.
Ser fuerte es ponernos metas a nuestro alcance, es asumir que aquellas que ansiamos y son imposibles, son imposibles y punto. Ser fuerte es intentar alcanzarlas, y si no lo conseguimos la fortaleza es quien nos dirá para.
Ser fuerte es resignarse. Ser fuerte es aceptar tus virtudes y amar tus defectos. Ser fuerte es conocerte tal y como eres y darte a conocer así. Eso, amigos mios, es ser fuerte.-

miércoles, 30 de marzo de 2011

Respeto...

Nacemos. Vamos creciendo. En general la infancia es la época más feliz. Sin decisiones. Sin problemas. Sabiendo lo justo y necesario, ni más, ni menos. Lo suficiente para ser felices. Descubrimos. Aprendemos. Disfrutamos. Es esa etapa en la que todo es maravilloso. Todo es nuevo. Nos espera un mundo sin conocer. Está esperando ser explorado. 

Descubrir, aprender y equivocarse forma parte de la vida humana, ya seas un niño o un adulto. Cuando somos pequeños creemos que la vida es un sueño hecho realidad.

Hoy yo no puedo decir lo mismo. No soy adulta, no soy pequeña. Quizás no comprendo la vida. Quizás no sepa como funciona el mundo.
Pero tengo mi opinión sobre lo que conozco de él.
Nos enseñan desde que nacemos valores de igualdad, de hermandad, de solidaridad. Un mundo ideal, del que podemos esperar cualquier cosa. Nos venden sueños, nos venden metas.
Cuando dejamos de ser tan pequeños, nos tratan de convencer de que podemos cambiar el mundo. Sin embargo cuando tratamos de hacerlo y fracasamos, no se sorprenden. Porque cambiar el mundo no es posible, y eso ellos, ya lo sabían.
Vivimos rodeados de distancias. Si todos somos iguales, ¿por qué no nos tratan a todos igual? Cuando Karl Marx hablaba de un mundo ideal, habló de comunismo, y no solo un comunismo económico. En teoría, una buena idea, una manera de ser todos iguales y de vivir armónicamente en una sociedad ideal, sin embargo en la práctica, fue un fracaso. Pero aún quedan personas que afirman ser comunistas.Y toda esa gente que hoy en día presume de ser comunista, miente. Todos aquellos que optan por un sistema socialista y común, se engañan y engañan al resto.
No, no somos todos iguales. No, no todas las personas tienen los mismos derechos. No podemos seguir viviendo engañados. El mundo es así, y no va a cambiar nunca. No llegará el día en el que no halla hambre. No habrá un día en el que alguien no muera, en el que alguién no sufra. No habrá un mundo en el que todos nos respetemos.
Los humanos somos seres sociables, sentimentales. Sufrimos. Amamos. Odiamos. Sentimos dolor, humillación. 
Los que están en la cima de la sociedad no buscan más que seguir en ella. Engañan. Mienten. Manipulan. Son capaces de cualquier cosa por seguir teniendo el poder, que creen, que les dará fuerza, que les proporcionará el respeto y admiración del resto, de los que están por debajo. Sin embargo no quieren respetar. 
¿Acaso es sinónimo de poder la humillación? ¿La soberbia?  ¿La prepotencia? ¿Es indispensable, para ser respetado, humillar? No lo creo. Sembrar miedo, no significa recoger respeto. El respeto es admiración. No es simplemente la consideración o deferencia, sino que implica un verdadero interés,  no egoísta,  por el otro más allá de las obligaciones explícitas que puedan existir, como la buena educación, la amabilidad y las buenas maneras. Los seres humanos debemos respetarnos porque todos y cada uno de nosotros poseemos un bien intrínseco y absoluto, la dignidad. Sin embargo, al igual que la dignidad, el respeto es un valor que ha de ganarse y conservarse. "Honor a quien honor lo merece", como dijo Fernando Savater. 
Los que se encuentran por debajo de todo en la sociedad, sin embargo tienen otras aspiraciones. Evidentemente, habrá avariciosos que desean el poder, y sean capaz de hacer lo que sea por llegar a él. Pero en general las clases bajas no buscan más que realizarse. Buscan progresar, ascender. Buscan reconocimiento por su esfuerzo. Quieren el respeto que día a día se ganan, y del que, lamentablemente, carecen. Y es que, como dijo Karl Marx, "El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan". 

domingo, 27 de marzo de 2011

No espero que sepas lo que es. Que sepas lo que se siente. No espero que lo entiendas. Que lo aceptes. 
Eres demasiado perfecta. La vida no te trató bien. Y aún así, saliste adelante, salvando todos los obstáculos que trataron de hacerte caer. 
Y ella, con una vida tan dura. Pero es una superviviente. Es valiente. Inteligente. Tan exuberante. Con estudios, trabajo, amigos. Es fuerte. Independiente.
Sin embargo yo...
Siempre sentí esa diferencia física tan enorme. Yo, rubia, ojos verdes, pálida, ancha de huesos y de complexión ancha también. Era pequeña, no me daba cuenta. Fui creciendo. Empecé a dudar. Ella bromeaba con que no pertenecía a vuestra familia, con que era adoptada. Quizás no se daba cuenta, pero dolía. 
Pero, ¿y ahora?. Para mí no hay fuerza. No hay inteligencia. No hay velentía. No hay coraje. Tampoco hay futuro.
Se me recordará como aquel alma en pena. Llena de problemas. De dolor, de dudas. Que vagaba absurda.
Yo, la debil. Yo, la pequeña. 
¿Sabes que es sentirse insignificante?¿Loca?¿Incomprendida? No esperaba que lo supieras, en fin, en tu perfección no caben mis defectos.
Un día...Solo espero un día, poder llegar a ser eso de lo que te sientas realmente orgullosa.

viernes, 28 de enero de 2011

La resignación es el suicidio cotidiano.

Hoy me veo mejor. Estoy cómoda, e incluso me pruebo esos vaqueros tan ajustados que no me atrevía a ponerme y acumulaban polvo en el armario. Llevo la cabeza alta. Hoy sonrío. 
Me siento mejor que otros días. Está surtiendo efecto. 

Pero entonces,tonta de mí, lo hago. Tecleo su nombre en el Tuenti. Distraída, sin darle mayor importancia. Una foto. Otra. Un par más. Son banales. Fotos simples. Sencillas. Divertidas.
Pero de pronto me doy cuenta. Vuelvo al principio. Las veo. Me fijo.
Yo no soy así. Comienzo a obsesionarme y voy pasando las fotos rápidamente. Buscando fotos de cuerpo entero. Pero aunque las paso rápidamente, las observo detenidamente. La cara. La ropa. La tripa. Las piernas. Los brazos. El pecho. Fotos con camisetas cortas. Pantalones ajustados. En bikini. E incluso en ropa interior.
Totalmente enloquecida escribo otro nombre. Miles de fotos. Miles de fotos que me atrapan. Sin poder evitarlo me miro. Voy al espejo. Me levanto la camiseta. De perfil, de frente. No. Yo no soy así. Nunca lo voy a ser. 

No puedo evitar pensarlo. Son tan perfectas. Siempre bellas. Siempre deseadas. Siempre serán ellas. Y solo alguna vez, tú. Siempre y cuando ellas no estén, por supuesto. Son el centro de toda mirada. El centro de atención de allí donde pisan. Siempre han sido así, y ¿tú soñando?. Estúpida. Aprende un poco. Acepta tus limitaciones. Dilo. Sí, son mejores. Sí, nunca las alcanzarás. Cuanto antes lo reconozcas, mejor.

La gente te dirá que un cuerpo no lo es todo. Te dirán que como persona eres mejor. Que eso es lo que cuenta. El interior. Que eres bella. Que gustarías a cualquiera. Que todos nos haremos viejos. Gordos. Arrugados. 

Pero al fin y al cabo, la gente, siempre miente.

martes, 25 de enero de 2011

Un sueño. Un camino.

Fracaso.
Me lo propongo. Lo intento. Fracaso, y me rindo. Me decepciono. Y me hundo. Pero vuelvo a proponermelo.
Y así una, y otra y otra vez. Intento tras intento. Fracaso tras fracaso. Sigo. Pero cada vez con la cabeza más baja. Con las metas más pobres. Con sueños roídos por las decepciones.

Nunca es sencillo encontrarse sus propias limitaciones de frente. Y mucho menos reconocerlas y admitirlas. Pero el ser fuerte también depende de ser consecuente con nuestros limites.
Pero a parte de fuerte hay que ser valiente. Y no solo enfrentarlas. Hay que mirarlas a los ojos y proponerse superarlas. Es más conseguirlo.

La vida no sería vida sin obstáculos. Sin problemas. Si no hubiese dificultades, no tendríamos metas.
Lo bonito de los sueños es perseguirlos. Una vez alcanzados la felicidad dura un segundo. Y lo que te queda es el camino que recorriste para disfrutar ese segundo.
Superar las dificultades. Salvar los obstáculos. Superarnos a nosotros mismos es lo que nos hace sentir realizados. Romper con las ideas que el resto tiene de nosotros. Destacar. Brillar. Por un día. Por un segundo. Y poder decir alguna vez "Yo perseguí mis sueños, y los realice". Y poder levantar la cabeza alta, después de haberla bajado tantas veces ante tantas desilusiones. Ese es mi objetivo : Ser quien quiera ser. Pero sobre todo algún día poder decir: Estoy orgullosa de ser quien soy, de ser Carmen de las Heras Coloma.

domingo, 23 de enero de 2011

Por tí.

Antes se lo insinuaba. Llegué a pedirselo directamente. Pero hoy ya se lo suplico. Y eso, no es nada bueno.

No debería ni ansiarlo. Debería salir de él hacerlo. No debería tener esa necesidad, debería estar cubierta. Debería ser algo natural en él cubrirla. Algo espontáneo, no fríamente estudiado.

Igual no te equivocabas tanto y él, no es como tú. Bueno, tampoco es que quiera que él sea tú. Supongo que lo único que quiero es sentirme como me sentía contigo. Continuamente querida, sin malentendidos que me hagan dudar, segura, a salvo... Pero igual eso fue lo que nos mató. La rutina, el constante tira y afloja de haber quien hace más caso al otro. Ahora esta claro que papel juega cada uno. Supongo que es una visión subjetiva. Pero no es solo la mía, es la de más gente, al parecer.

Objetivamente, tal vez necesite más atención que el resto de personas. Lo admito. Tal vez necesite la seguridad de que no me van a abandonar. Soy capaz de reconocer que algunas cosas marcan, y que en concreto a mi me ha marcado una. Por eso soy tan constante con las personas, tan agobiante. Por eso odio sentirme así. Porque necesito cierta constancia, cierto agobio, es raro, pero es así.
Y duele. Duele que la persona que quieres no sea capaz de darse cuenta que ese miedo al abandono que te invade, violando tus pensamientos cada noche, y que es eso lo que al final desgasta el amor, y lo convierte en reproches. En cuando estabmos juntos tú hacías o dejabas de hacer. Me decías o dejabas de decir... No quiero que nuestra relación termine en odio, en algo que terminemos por olvidar, o por recordar con cierto resquemor o arrepentimiento pasado. Quiero que seas ese amor que no se me olvide. Que no quiera olvidar. El primero. El último. Te quiero y quiero sentir que tú también me quieres.
Se que exijo demasiadas antenciones, se que soy dificil de satisfacer. Imposible de entender. A veces insoportable, a veces ideal, a veces irritante.
Posiblemente la mitad del tiempo no me soportes y la otra mitad me ames. Pero esque soy así. De pronto previsible, de pronto inesperada. A veces detallista. A veces desconsiderada. A veces coherente, y de pronto bipolar. Se que tengo mil ideas en la cabeza que no consigo expresarte. Se que no entiendes porque soy tan impulsiva, tan desacabellada. Se que a veces no te doy tiempo ni a pensar, o a explicarte. Se que a veces adelanto acontecimientos. Se que soy irritante y aniñada. Se que me mandarías a la mierda muchas veces y mereciendolo, y se que no lo haces. Se que soy desordenada en sentimientos y sensaciones. Que no se discernir mis cosas personales, con los estudios y en muchas ocasiones contigo. Se que soy escandalosa, celosa y obsesivamente posesiva. Y con todos estos defectos y más te digo y te aseguro que como te quiero a tí, no creo haber querido a nadie. Porque al estar contigo me doy cuenta de que tengo defectos y los quiero corregir, por tí. Porque como dijo Jack Nicholson, en Mejor imposible, "Tú haces que quiera ser mejor persona" Y eso es lo más bonito que nadie mha despertado en mí jamás.

jueves, 20 de enero de 2011

Nuevo amanecer...

Nueva hoja. Incluso nuevo cuaderno.
Ahora lo vivido pasa a ser el ayer. Paso a olvidar toda aquello oscuro, y empiezo a contruir poco a poco mi presente, y a dibujarme el futuro.
Vuelvo a tener metas, sueños, hasta inquietudes. Sonrío. No mucho, pero es un comienzo.
Aquí tengo una oportunidad. Ahora tengo los bolsillos vacios de dinero, pero la cabeza llena de proyectos. Tal vez no hoy, tal vez no mañana. Pero un día, no muy lejano, lo tendré.
Tendré el valor que me ha faltado, y lucharé. Levantaré la cabeza, llegaré lejos y cerraré las bocas que con tanta envidia me mordían.
Tendré la confianza que necesito para decirme "puedes", para jurarme un triunfo, para prometerme un porvenir.
No, no soy brillante, ni inteligente. Ahora mismo no destaco, no brillo, no soy nadie. Reconozco que estoy estancada en un punto muerto. Pero se que saldré. Trabajaré y destacaré. Seré alguien, porque no lo sabíais, no lo esperábais, pero vuestra envidia, alimenta mis ganas. Saldré adelante, con orgullo y dignidad, sin agradecerle nada a nadie, sin temor y sin balbudeos, hoy me he despertado, y no voy a dormirme más.